10 de la mañana estoy en casa de mi hermana, 10am estoy esperando que pasen por el peque para que lo lleven a casa de mi comadre, 10am estoy a punto de salir sin auto a la ciudad.
No nací en coche, lo se, sin embargo la comodidad y la falta de costumbre me ponen nerviosa de trasladarme del polo oriente lugar en que vivo hasta el polo poniente a donde trabajo. Mi traslado en auto dependiendo del estado del tiempo, porque saben que ahora nos regimos según llueva o no llueva, de eso depende mi tiempo de traslado, que puede ser de 35 minutos a 1 hora y 20 minutos, sin embargo en camión cuanto será? Por fin salgo, son las 10 am, tomo un metrobús, olvidaba por un momento lo que es tomar un bus e ir saludando cada vez que el chofer detiene la marcha, el ir saludando no se si les ha pasado, que simplemente se inclinan hacia el frente en señal de respeto, pues en cada parada de autobús, me disponía siempre a saludar amablemente, después de 20 minutos de traslado y haber saludado a muchísima gente, por fin bajo en la estación del metro, subo las escaleras, leo cuanto letrero veo, pregunto si es correcta mi orientación y espero, espero, espero, son solo unos minutos, que para mi gran paciencia son eternos, por fin estoy trasladándome, llego al punto de conexión bajo al subterráneo nuevamente sigo el flujo de la gente, me siento mas segura cuando por fin encuentro otros letreros y me confirman mi orientación, me sofoco al sentir la temperatura de la tierra bajo la capa de asfalto, veo hacia arriba y la luz que se filtra por los vitrales es lo que mas me consuela antes de entrar al vagón y darme cuenta que la claustrofobia amenaza con hacerme presa, llego al centro de la ciudad, el bullicio de los autos, de los camiones, la gente que parece hormigas llenan la acera de los negocios, no se que mas hacer, de ahí a mi oficina ignoro que bus tomar, así que tomo un taxi, es solamente cruzar el túnel, que tanto puede tardar, me demoro en llegar, las llamadas al celular poniéndome al día de los pendientes de la oficina, el cierre del sistema a las 12 del mediodía y yo en transito a la oficina, llego por fin, tensionada por el auto que no encendió, por dejarlo en el taller, por esperar a mi hermana que me abra la puerta, porque duermen hasta las 10am., por tener limite de tiempo en el cierre de un sistema, llego a la oficina, enciendo la PC y escucho mis mensajes en la contestadora, entre los mensajes la voz del mecánico, avisándome que mi auto esta listo.
No nací en coche, lo se, sin embargo la comodidad y la falta de costumbre me ponen nerviosa de trasladarme del polo oriente lugar en que vivo hasta el polo poniente a donde trabajo. Mi traslado en auto dependiendo del estado del tiempo, porque saben que ahora nos regimos según llueva o no llueva, de eso depende mi tiempo de traslado, que puede ser de 35 minutos a 1 hora y 20 minutos, sin embargo en camión cuanto será? Por fin salgo, son las 10 am, tomo un metrobús, olvidaba por un momento lo que es tomar un bus e ir saludando cada vez que el chofer detiene la marcha, el ir saludando no se si les ha pasado, que simplemente se inclinan hacia el frente en señal de respeto, pues en cada parada de autobús, me disponía siempre a saludar amablemente, después de 20 minutos de traslado y haber saludado a muchísima gente, por fin bajo en la estación del metro, subo las escaleras, leo cuanto letrero veo, pregunto si es correcta mi orientación y espero, espero, espero, son solo unos minutos, que para mi gran paciencia son eternos, por fin estoy trasladándome, llego al punto de conexión bajo al subterráneo nuevamente sigo el flujo de la gente, me siento mas segura cuando por fin encuentro otros letreros y me confirman mi orientación, me sofoco al sentir la temperatura de la tierra bajo la capa de asfalto, veo hacia arriba y la luz que se filtra por los vitrales es lo que mas me consuela antes de entrar al vagón y darme cuenta que la claustrofobia amenaza con hacerme presa, llego al centro de la ciudad, el bullicio de los autos, de los camiones, la gente que parece hormigas llenan la acera de los negocios, no se que mas hacer, de ahí a mi oficina ignoro que bus tomar, así que tomo un taxi, es solamente cruzar el túnel, que tanto puede tardar, me demoro en llegar, las llamadas al celular poniéndome al día de los pendientes de la oficina, el cierre del sistema a las 12 del mediodía y yo en transito a la oficina, llego por fin, tensionada por el auto que no encendió, por dejarlo en el taller, por esperar a mi hermana que me abra la puerta, porque duermen hasta las 10am., por tener limite de tiempo en el cierre de un sistema, llego a la oficina, enciendo la PC y escucho mis mensajes en la contestadora, entre los mensajes la voz del mecánico, avisándome que mi auto esta listo.
Dos horas de traslado, dos horas de traslado y dos horas en que el mecánico
tiene listo mi auto, snif….. cruel vida que se ensaña conmigo.
Respira hondo, comaye, tu auto ya esta listo y manniana sera otro dia.
ResponderEliminaramiguita, se lo dije a la NN y te lo digo a ti, "los fierros no tienen honor".
ResponderEliminarsaludos feliz ombligo de semana.
Vaya que si se de lo que hablas Comaye, tampoco nacì en carro pero ah como ayuda, sobre todo por las inche claustrofobia, los ataques de ansiedad etc, Si jueras adivina pos te esperas ahi con el mecanico pa que te entregue tu carrito,,, Lo bueno es que ya tienes tu carrito de nuevo contigo
ResponderEliminarJa ja ja ya ve por quejarse?, ya lei el post de arriba, chales yo tengo mucho sin tomar el bus, bueno cada que neva lo hago, a ver como me va este invierno.
ResponderEliminarSaludos
Ahyyy ya seeee, que no nacimos en carro, pero ahh como se extraña, aunque ya me estoy acostumbrando al metro veo cada cosaaaaa, que pa que te cuento. ¡¡
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