Un triste recuerdo

Siempre existen recuerdos que te marcaran para el resto de tu vida, algún suceso en especial, el inicio de clases, el nacimiento de algun ser querido, evocas ese día y te puede traer a la mente hermosos recuerdos, de igual manera existen otros momentos que te dejan con la tristeza en el corazón y un gran vacio, si, asi es, como las despedidas, el ultimo adiós o sucesos como este ….. el anuncio de un diagnóstico...

Recuerdo ese día en que salí del consultorio medico, me habían dado una noticia devastadora, sentía la cabeza embotada, se me nublaban los sentidos, no recuerdo como recorrí el pasillo hasta llegar a mi escritorio, sentía miedo, tristeza, impotencia, pero lo mas triste es que sentía vergüenza, si vergüenza, no me imaginaba dando la noticia, porque era algo que tenia que decirlo, tarde o temprano se darían cuenta, es contagioso me habían dicho y sin embargo no me atrevía a decirlo, tienes que hablar con todos aquellos con los que tienes contacto para que también se hagan un chequeo, no me quería imaginar ser victima de escudriño, que me vieran con asco, que me rechazaran, ese era uno de mis mayores temores, manejar el rechazo no es algo que se me de muy bien, crees conocer a tus amistades, pero en este momento es cuando me daría cuenta de quienes eran mis verdaderos amigos, no quería vivir aislada, sin contacto físico de nadie, sin embargo me lo habían dejado muy claro, evitar todo contacto indicaba la doctora, seguía pensando en como fue?, en que falle?, recuerdo que siempre fui una obsesa de la higiene, estas cosas solo les pasaba a las personas que no se cuidaban, que no tomaban las medidas necesarias, pero yo, yo no lo podía creer, me quedaba recordando cada momento y pensando en que momento fue?, donde fue? o con quien fue?, no encontraba respuestas, así fue como llegue a mi lugar, me quede viendo mi brazo, indudablemente ahí empezaban los primeros síntomas, nunca olvidare ese día, ese triste día, en que mi vida cambio totalmente, en que tuve que vivir aislada, evitar el contacto con el resto de la gente, porque indudablemente ese día fui conocida como Ángel La Sarnosa… Snif.