martes, 1 de enero de 2019

Un grupo de completos extraños

Ayer después de estar de bajón, al ir en el taxi a dejar al peque en casa de su padre empecé a sentir los síntomas de un ataque de panico, los conozco ya que me paso hace años cuando tuve un brote muy fuerte de dolor, pero en esta ocasión el dolor es emocional, es ese dolor en el pecho que me oprime, me mensajeo con mi amigo cabeza hueca y pese a las pocas palabras que hablamos yo empiezo a sentir mejoría, primera parada y continuó a mi destino final.

Llego y ya están cocinando, empiezo a contribuir un poco en la cocina, se van a misa Las chicas, mientras mi amigo Cosmos sube a arreglarse, mientras que estoy derritiendo el chocolate para los bombones.

La música es muy tranquila para mi gusto, todos tenemos un aura de melancolía, Cosmos piensa en el cumpleaños de su niña que es ese día último, Di después de su divorcio prefirió no estar con la familia y el grupo de amigos de su antiguo matrimonio aún no saben como reaccionar, Isa tiene 15 días en la ciudad y no tuvo la oportunidad de estar con la familia en CDMX y yo primer fin de año sin mi peque y con el corazón confundido y el medicamento que me trae bomba.

Comemos algo típico de la CDMX, los esquites y unas pellizcadas, mientras Cosmos termina la carne asada y por fin a la mesa, una oración, el brindis, las uvas, fotos tratando de aparentar felicidad, después en la fogata asando bombones, la terapia y después la risa, fue una risa que al final sacamos todo lo que teníamos guardado, terminamos a las 2am, Cosmos ya casi pierde el sentido y se va a dormir, me ofrecían dormir en el sofá, pero fue mejor tomar un uber y llegar á casa, 3am y llegó a dormir, llego tranquila, fue diferente este fin de año, pero siempre he pensado que todo es por una razón a principio de año nuestros camino no se habían cruzado, ninguno de nosotros hubiéramos creído que este fin de año lo celebrariamos juntos.

Fue un buen cierre de año, amanezco hoy y al estar almorzando en cama, un omelete con champiñones, pan tostado, café, papaya con yogurt recibo una llamada de Cosmos que estaba buscándole en casa con sus roomie y su platica simplona, wey no mames, no mames, yo buscándote, que haces alla sola, deberías estar aquí para comer el recalentado. Ja ja, mensajeo con Edith y estamos riéndonos a sus expensas.

Lo bueno es que todo fue forzado, la verdad me reí mil aún con melancolía me doy cuenta la vida es bella.




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