Aun sigue “sin caerme el veinte” asimilarlo, si lo se, son cosas que uno escucha, lee, ve, pero no espera que alguien allegado a uno le pueda pasar, el martes que he ido a dejar al peque a la escuela pase a saludar y ver como se estaba recuperando de la cirugía, su semblante es el mismo de siempre, su voz, su actitud es la misma, sin embargo la herida, el vendaje y el recipiente de drenado que tiene asegurado a su cintura hacen la diferencia, la próxima semana sabremos que es lo que sigue y el tratamiento de quimioterapias o radiaciones, platico con ella y escucho todos sus temores, desde el entrar a una cirugía y no saber si volverá a ver a su familia, el tener a su hija que desde San Antonio, Texas ha venido a cuidarla en estos días, su pareja que esta semana no ha trabajado y se ha dedicado a apoyarla para que no tenga que realizar ninguna tarea, tomé unas días para hacerme cargo de mi peque en lo que consigo a alguien mas que me apoye para que ella no se mortifique, aun así me causó un poco de risa y molestia cuando llegué y había dado instrucciones de tener un jugo y un sándwich para mi peque para su hora de recreo, tal vez no sea nada, pero le he reprendido y le digo que no quiero que se mortifique y ella me dice que no es molestia, tal vez sea para ella mas que nada reafirmar que no esta incapacitada y puede tener control de su vida, así que ya no peleo con ella y seguimos platicando.
Sigo con el nudo en la garganta, eso de no saber llorar es horrible, ante ella no puedo derramar una lágrima y después guardo el sentimiento que se queda enterrado para que no aflore y me quiebre ante los temores de que sufra una buena amiga.
Primer semana de la batalla de Lupita ante el cáncer
Lupita 1 - Cancer 0
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