Rapida y furiosa

Hoy ha sido uno de esos días en que deliciosamente me he quedado dormida, si no es por el sonido del claxon del transporte escolar que llega puntualmente a las 6:30am por el hijo de mi vecina la señora de los gatos que no despierto y como agua en sarten con aceite, me levanto rapidamente, regularmente a esa hora ya deberia estar saliendo camino a dejar al peque y rumbo a la oficina, es logico que tomar un baño y arreglarme en menos de 30 minutos no es lo mio, mas cuando los huesos tardan en responder a mis ordenes, llegue con 25 minutos de retraso a la oficina, ahh pero eso si sin sueño.

La pena se me nota en la cara, me da verguenza, me molesta llegar tarde, es de esas cosas de las cuales tengo el control y si no lo logro me saca de quicio, el saldo de 3 accidentes automovilisticos en el carril express no ayudaron a que el turbo de la camioneta lograra ganar unos minutos, me doy cuenta que ya deberia haber mandando el helicoptero a arreglar, definitivamente en esta ciudad se requiere.

El jefe no comenta nada y aun cuando le envie mensaje que llegaria con 30 minutos de retraso, es mejor que no me diga nada porque me da un titipuchal y dos costales de verguenza, pero bueno a otra cosa mariposa y tratar de ser productivos el día de hoy.

Mi concentración sigue igual sin muchos cambios, olvido nombres, olvido rostros, siento que cada vez las neuronas siguen muriendo y el resto de las neuronas yo creo que se van todas juntitas al velorio y es por eso que ya no retengo nada, ya estoy pensando seriamente en tomar un curso de memoria y agilidad mental, porque si no ejercito este cerebro ya estuvo que todo esta perdido.

Lo peor de llegar tarde y sin sueño, es llegar tarde y sin peinarme, cruel vida que sigue ensañandose conmigo.