Los que tocan el asfalto

Como en cámara lenta, mientras el semáforo cambiaba su luz le vi pasar, era solo un perro como tantos que hay en la ciudad, que les puedo decir de ese perro en especial, un chucho cualquiera, con cuatro patas, dos ojos, una nariz y un hocico, tal vez su pequeño tamaño, tal vez el color cenizo de su pelo o tal vez el cuerpo esquelético que lo caracterizaba, pero algo en ese perro logro captar mi atención y fue cuando observaba sus intentos fallidos por cruzar la avenida, estaba tentada a gritarle y decirle “Anda apúrate que esta en rojo y puedes pasar”; después de varios intentos y vacilando un poco por fin cruzaba la avenida, fue cuando me di cuenta de esa diferencia al momento que caminaba lentamente con una pata lastimada por algún percance, si vi la diferencia que había en el, cuando en la otra esquina estaba un hombre anciano esperándolo y dos perros mas, esa era la diferencia, el tenia una familia.