Te acuerdas cuando estabamos arriba del arbol comiendo moras, literalmente comiendo moras, mi madre enojada por las manchas que ya no podrian salir del uniforme, sin embargo la añoranza es la misma, el sabor de esas moras dulces y una que otra agridulce, un placer tan sencillo que te remota a los años de la infancia.
Soy mujer adulta, soy feliz con todo lo que he sembrado y cosechado, soy feliz siendo yo misma, con mis libertades y obligaciones, con mis ojos que se abren al mundo y cada día encuentro algo de que maravillarme.
Soy mujer adulta con alma de niña.
Los recuerdos de la infancia se contraponen con la realidad del día de hoy, mi granito de sal, cuidar mi entorno, cuidarnos siempre, ayer las calles llenas de sangre hoy cubiertas de dulces, que dejo en este mundo, mal nacidos egoistas, que solo piensan en si mismos, no te toque alguien de tu familia porque entonces sabras lo que has hecho al resto del mundo, sin miedo a perder el alma la cual ya no existe.
quien pudiera hacer un rewind y volver a esos años tan despreocupados.
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