No se vale

El sábado fui nuevamente a casa de mi tía y mientras iba en camino en la radio se escuchaba la canción de Tercer cielo – Yo te extrañaré, así que ya se imaginarán como sigo, chillona, trato de escuchar otra música, pero en mi mente solo está esta canción y las lagrimas siguen asomándose, platico con mis hermanas y terminamos llorando, hemos tenido perdidas, conocemos esa sensación de despedir a un ser querido y sin mas seguimos adelante, pero el dolor de perder a mi tía ha sido demasiado, tal vez porque la vimos como la figura materna que no tenemos.

Era ella quien fuera donde fuera que nos cambiáramos de casa nos buscaba, que si veía una necesidad inmediatamente buscaba la manera de conseguir aquello que necesitáramos, ya fuera un ventilador, un medicamento, una toalla, unos zapatos, cualquier cosa trataba de ayudarnos; si una de mis hermanas tenia bebe, no había visita que diera con un paquete de pañales para la bebe, siempre tenia algo guardado para una de nosotras, pues pensaba en nosotras aun cuando estuviera de viaje, tenia apenas un año que había regresado a Monterrey y nos duro muy poco el gusto de atenderla, cuando estaba hospitalizada y si un día una de nosotras no la atendía, aunque estuviera alguien mas cuidándola pedía que fuéramos alguna de las hijas de Rosy que estuviera con ella, recuerdo el ultimo día que la ví y me dijo: le tengo que pedir perdón a tu mamá, porque le robé a sus hijas y si nos robo, nos robo el corazón, ella sabia el amor y cariño que le dedicamos, eso no cabe duda, se llenaba de gozo los fines de semana que estábamos reunidas en su casa.

Se me fue mi muñeca, a la que vestía, bañaba y peinaba, a aquella que alimentaba a la que le sostenía la mano cuando el dolor no aminoraba y solo me quedaba derramar lagrimas con ella.

Pero el día que la vea, le voy a reclamar, no se vale que me haga llorar.